Por Daniel Temperoni
El crecimiento no derrama

Todos los indicadores apuntan hacia arriba, pero ciertamente esos niveles de positividad no llegan a todos los argentinos.
Aún en pandemia, la economía nacional siguió acumulando puntos para el PBI, aunque el Estado debió hacerse cargo de casi diez millones de personas que no estaban registradas en ninguna base de datos, algunas incluso sin documento de identidad.
Sumados esos subsidios adicionales en el débito del presupuesto, el amperímetro no movió tanto como se esperaba, mientras la rueda productiva se iba fortificando en la medida en que el mundo del trabajo volvía a la normalidad tras la pandemia.
Los números del consumo alentaron hasta que llegaron los manejadores del lápiz inflacionario que, como siempre, atizaron el fuego de los precios y llevaron intranquilidad a los bolsillos de los asalariados.
A pesar de estas inclemencias y de los golpes de timón con los dólares financieros, las estadísticas continúan marcando líneas en verde que no condicen para nada con los beneficios que reciben los trabajadores.
Amerita entonces seguir preguntándose quién se lleva la parte del león en este juego donde pierden siempre los mismos y eternamente recaudan los formadores de precios y los que manejan el mercado.
Aquellos que se sentaron a negociar los Precios Justos en la última etapa, aplican el inflador al resto de los productos y juntan con pala los billetes del ajuste que luego presionan los valores de la moneda norteamericana en todas sus variantes.
Tan simple y remunerativo sistema se viene copiando con diferentes formatos y denominaciones, según pasan los años.
Monumentales tomas de deuda externa, festival de bonos, remate de activos del Estado, convertibilidad, corralito, ajustes, devaluaciones, manotazos a la seguridad social, intentos de flexibilización laboral y demás perlas del collar empeñado por generaciones.
Resultaría oportuno empezar a cambiar las cosas para que todos podamos mejorar nuestra calidad de vida, teniendo en cuenta que la dirigencia política transita esa experiencia manifestando que viven pensando en solucionar los problemas de sus electores.
Es un buen momento para cambiar el paradigma, sobre todo porque van a salir a buscar votos.