Por Daniel Temperoni
Francisco contra la lógica de la historia

Eligió la bendición a Roma y el mundo para reiterar su mensaje claro y contundente contra los peligros de quienes hacen la guerra.
"A veces simplemente hemos experimentado la fatiga de llevar adelante la cotidianeidad, cansados de exponernos en primera persona frente a la indiferencia de un mundo donde parece que siempre prevalecen las leyes del más astuto y del más fuerte", afirmó Francisco.
Dijo que "otras veces, nos hemos sentido impotentes y desalentados ante el poder del mal, ante los conflictos que dañan las relaciones, ante las lógicas del cálculo y de la indiferencia que parecen gobernar la sociedad, ante el cáncer de la corrupción, ante la propagación de la injusticia, ante los vientos gélidos de la guerra".
También expresó su “profunda preocupación por los ataques de estos últimos días, que amenazan el deseado clima de confianza y respeto recíproco, necesario para retomar el diálogo entre israelíes y palestinos, de modo que la paz reine en la Ciudad Santa y en toda la región”.
El Papa solicitó ayuda para "el amado pueblo ucraniano en el camino hacia la paz" y que se infunda "la luz pascual sobre el pueblo ruso".
Asimismo, reclamó a "toda la comunidad internacional para que se esfuerce por poner fin a esta guerra y a todos los conflictos que ensangrientan al mundo, comenzando por Siria, que aún espera la paz".
En su mensaje también pidió: "Apresurémonos a superar los conflictos y las divisiones, y a abrir nuestros corazones a quien más lo necesita. Apresurémonos a recorrer senderos de paz y de fraternidad. Alegrémonos por los signos concretos de esperanza que nos llegan de tantos países, empezando por aquellos que ofrecen asistencia y acogida a quienes huyen de la guerra y de la pobreza".
Recordó a quienes sufren en Nicaragua, Líbano, Túnez, República Democrática del Congo y Haití, entre aquellos países que atraviesan situaciones dramáticas.
Finalmente, elevó su pedido de bienestar "a los refugiados, a los deportados, a los prisioneros políticos y a los migrantes, especialmente a los más vulnerables, así como a todos aquellos que sufren a causa del hambre, la pobreza y los nefastos efectos del narcotráfico, la trata de personas y toda forma de esclavitud".
Hasta el momento, aquellos líderes mundiales que pueden hacer la diferencia siguen sin escuchar las advertencias de Francisco.
No se apartan un centímetro de la lógica de la historia y eso demuestra que el mundo continúa en manos de unos locos con carnet.-