Piden excepción de altura para hacer un gran emprendimiento donde está el Hotel Hurlingham

Juan Pablo Reverter, CEO de Ledesma, dio detalles en el móvil de Radio Brisas del proyecto que se busca construir una edifico y un hotel de alta gama conectados por un puente. El lugar para el emprendimiento es donde se encuentra el abandonado Hurlingham en la costa de Mar del Plata.

Para poder realizar esto, Reverter confirmó que pidieron un permiso especial en la Comisión de Obras del Concejo Deliberante. "Nos gusta mucho esta interacción entre lo público y lo privado. Creemos que tiene que continuar, no solamente para este proyecto puntual, sino para poder intercambiar opiniones sobre la Mar del Plata que queremos", destacó.

El empresario inmobiliario recordó que el Royal, el Chateau Frontenac, y el Hotel Hurlingham, son tres lugares que están abandonados, y para esos lugares se habían desarrollado ordenanzas especiales para que los pongan en valor.

En cuanto a este proyecto en particular, sostuvo que se buscará construir un edificio y hotel de alta gama. "Creemos que es un lugar icónico de la ciudad, un faro que todo el mundo pasa por ahí, y lo que apuntamos es hacer un desarrollo de calidad y que quede como algo icónico, ya sea en lo que Mar del Plata necesita más hotelería de calidad que es lo que primero se llena en los fines de semana", adelantó.

Reverter explicó que el hotel y el edificio "son dos proyectos por separado. Se van a hacer de forma paralela y la única interacción que tienen es que desde el restaurante que está en la terraza del hotel habrá un puente que llegará hasta el piso del edificio para que los propietarios puedan acceder a ese restaurante. Esa es la única vinculación, después va a funcionar de forma independiente".

Para poder llevar adelante esta iniciativa confirmó que "estamos pidiendo una excepción de altura entendiendo que ahí no hay cono de sombra por la orientación que está. La altura de lo que es el hotel es pegada a la medianera del edificio existente y la del edificio son 21 pisos".

El empresario consideró que, si no se pedía la excepción de altura, "en función del proyecto que se podía hacer en diseño e imagen era muy feo porque era un murallón de ocho pisos que no dejaba ni siquiera vistas transversales desde el desarrollo". Por lo tanto, aseveró que "pensando que es un lugar icónico y para hacer algo totalmente distinto pedimos la excepción de altura".