Comerciante salvado por un chicle: "Tuve suerte como en los seis robos anteriores"

“Tristemente nos tenemos que alegrar de que nos hagan cosas y que no pase nada”, dice Cristian, al frente del kiosco donde este lunes lo quisieron asaltar, le dispararon con un revólver cuando se defendió con gas pimienta y una de las balas quedó clavada sobre un paquete de chicles.

Asegura que este fue el séptimo robo o intento que sufre en lo que va del año, el tercero en el que los delincuentes ingresan con arma en mano y también el tercero en el que apela al gas pimienta como mecanismo de defensa.

“Le di bien en la cara”, cuenta a Radio Brisas sobre el aerosol con el que roció al asaltante que ingresó por el lado de mostrador desde donde se atiende al público. El comerciante no le dio dinero y respondió con esta alternativa de protección que le sugirió el propietario del local. “Tuve suerte como en los seis robos anteriores”, aseguró.

El kiosco funciona en Jacinto Peralta Ramos al 700. Los ladrones ingresaron encapuchados, según se ve en cámaras de seguridad del local. El comercio tiene botón antipánico, pero la víctima asegura que la policía llegó casi 20 minutos después de concluido el hecho y por un llamado que hizo una vecina, que escuchó los disparos y pidió asistencia al servicio 911.

“Puedo decir que fui salvado por un chicle”, dice con ironía y buen humor, todavía con el paquete en el que se advierte el impacto del plomo del revólver calibre 22 que el delincuente gatilló dos veces. Ambas a menos de un metro de distancia del kiosquero.

Doce que “es gracioso, pero es triste” esta historia casi milagrosa, en la que estuvo en juego su vida. Porque son hechos que se repiten y siente que, después de cada uno de ellos, poco cambia. Tanto que vuelven a suceder. “Me indigna mucho, no me siento seguro”, afirmó a Radio Brisas.

Sobre la respuesta policial reconoce que por esta zona de amplia vida comercial pasan patrulleros, aunque lamenta porque “no veo que hagan actividad para que no pase lo que nos pasó”.