Con el repudio no alcanza

Por Daniel Temperoni

América Latina y el mundo se alzaron con voces de repudio ante los hechos vandálicos contra los edificios de los tres poderes de la República en Brasilia.

Todo el arco político e ideológico en nuestro país terminó coincidiendo en el respeto irrestricto de las instituciones democráticas, aunque no pudo hacer una pausa en las pujas por el poder que vienen profundizando las distancias del necesario diálogo.

Ni la irrupción en manada registrada en la capital brasileña permitió que el tono y la orientación de las opiniones, sólo por esta vez, descansara de la lucha cuerpo a cuerpo que parece no agotarse al final de cada día.

No llamó la atención, por cierto, que organismos regionales y mundiales demoraran en repudiar a los desaforados que rompieron todo a su paso.

Por caso la OEA, viene teniendo una olvidable trayectoria en el tratamiento de avasallamientos contra el orden democrático en países del área.

De la misma forma, la ONU dejó de ser un ámbito creíble para tratar y resolver los diversos conflictos en el planeta.

Pero volviendo al terruño, las frases de los líderes políticos estuvieron encabezadas por el apoyo al presidente Luis Inacio Lula Da Silva y a las instituciones del vecino país.

Ya en el segundo párrafo empezaron las parcialidades, diferencias, parámetros, interpretaciones y contextos de conveniencia.

Se sacaron los trapos al sol, abundaron los archivos fotográficos y audiovisuales, redundaron e intentaron ganar la porfía que ya casi no reconoce el sano debate de las ideas.

Recién comienza el año electoral y se vienen las sesiones extraordinarias en el Congreso de la Nación, pero ya se anticipan las antípodas y son pocos los puentes que aún sobreviven en ambos hemisferios.

En el cuadragésimo aniversario de la democracia recuperada, la ciudadanía argentina se merece una previa mucho mejor de la que muestran hasta el momento.

Parece imposible imaginar que cada uno, a su turno, se haga responsable de empréstitos, déficits presupuestarios, índices de pobreza e indigencia, bolsones de analfabetismo y crisis económicas.

Ocurrió en nuestro país y todos asistimos a las consecuencias, incluidos los responsables de cada tiempo político.-

@danieltemperoni