¿Cómo sigue Ecuador?

Guillermo Lasso hará de su debilidad una fortaleza. Sabe que su gobierno terminará antes de tiempo pero no quiere dejar de imponer una agenda que se le vio vetada desde que comienzo su fallido gobierno. 

El ecuatoriano nunca tuvo una mayoría en la Asamblea Nacional como para avanzar en las reformas que creyó necesarias, amparado en su ideario neoliberal como ex banquero, para el desarrollo de Ecuador. Y ahora, jugando al fleje con la Constitución tiene la oportunidad de evitar el tedioso trámite legislativo.

 Por eso, vía decreto, impondrá tres reformas que prometen encender nuevamente el clima social del Ecuador. La primera es la reforma tributaria que propone aplicar un impuesto a la renta de personas naturales y una reducción general de impuestos para el sector productivo.

Además, una reforma económica y administrativa con la intención de avanzar privatizaciones de empresas públicas en el sector energético, cambios en la seguridad social y beneficios para las inversiones extranjeras. Esto incluye un proyecto sobre zonas francas que ofrece ventajas tributarias y que busca promover el desarrollo del comercio exterior pero con vía libre del sector privada para elegir las locaciones de inversión.

El tercer decreto es de la reforma laboral que despierta preocupación en las organizaciones gremiales que anticiparon medidas de fuerza en caso de que se trate de una política regresiva para los derechos de los trabajadores.

En la oposición ya diseñaron una narrativa vinculada a la idea del “autogolpe” y afirman que el Presidente “no dejará nada sin privatizar” antes de dejar el poder. Según los cálculos del correísmo, Lasso están próximo a firmar una serie de decretos apra permitir participación privada en sectores estratégicos como las empresas públicas como Petroecuador, Corporación Nacional de Electricidad (Cnel), Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec), Flota Petrolera y la Coporacón Nacional de Telecomunicación (CNT) entre otras, que manejan anualmente más de 10 000 millones de dólares en contratos.

En paralelo, se va construyendo el mapa electoral que entrará en juego una vez que el Consejo Nacional Electoral defina la fecha de la elección. Por el lado de la oposición aparecen tres figuras de peso.

El periodista y ex candidato a la vicepresidencia en 2021, Carlos Rabascall es el favorito en el correísmo junto con el ex candidato a presidente Andrés Arauz. Los indígenas también quieren presentar un candidato propio con Leónidas Iza, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie). A su vez, Yaku Pérez, quien fuera candidato del movimiento Pachakutik (brazo político de la Conaie) pero se lanzaría con un partido propio.

Por la derecha tradicional, la figura con más chances de ser candidato de una eventual alianza con el ex alcalde de Guayaquil Jaime Nebot es el empresario bananero y candidato a presidente en 2002, 2006, 2009 y 2013, Alvaro Noboa.

En el oficialismo sondean al ex vicepresidente de Lenin Moreno, Otto Sonnenholzner y a Fernando Villavicencio, diputado y ex aliado de Guillermo Lasso.

La primera encuesta después de la muerte cruzada ubica a Andrés Arauz con 18,8 , seguido por Sonnenholzoner con 12,9, Yaku Pérez con 9,2, Jaime Nebot con 9,1 y Noboa con 8,9.