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POSTALES DE PROVINCIA

El Palacio Sans Souci de Tandil sueña con recuperar su esplendor

jueves 26 de octubre de 2023
El Palacio Sans Souci de Tandil sueña con recuperar su esplendor

 Ramón Santamarina fue un inmigrante de origen gallego que llegó a ser uno de los terratenientes y empresarios más importantes de la argentina de fines del siglo XIX. Nació en Orense (España) en 1827 y se suicidó, probablemente afectado por su demencia senil, en Buenos Aires en 1904. Trabajó como peón rural y de a poco comenzó a adquirir bueyes y carretas por medio de sus ganancias. Eso fue creciendo hasta poder adquirir estancias y formar la firma que sus herederos continúan hasta nuestros días:  Santamarina e Hijos. Hoy su apellido está por todas partes en la zona de Tandil y aledaños, tanto en nombres de escuelas, calles, hospitales, pueblos (por ejemplo, una localidad del partido de Necochea) y hasta la principal entidad deportiva de Tandil (Club y Biblioteca Ramón Santamarina).

Como solía ocurrir en aquellos tiempos, José, uno de sus hijos, recibió una importante cantidad de tierras como regalo para que allí construyera su casa, que como no podía ser de otra manera, se diseñó con la fastuosidad a la que acostumbraban los integrantes de la aristocracia nacional. Así nace la historia del Palacio Sans Souci, que hoy convertido en ruinas, espera recuperar su brillo gracias al trabajo de un grupo de profesionales. Uno de ellos es el arquitecto marplatense Pablo Mastropascua, quien contó la historia en “Postales de Provincia”.

“En realidad es una construcción de 1910 a la que se le llama palacio pero era el casco de una estancia de 70 hectáreas propiedad de José Santamarina y su mujer Sara Wilkinson, de origen inglés, que era la hija del jefe de la estación de trenes de Tandil." 

Para llegar al lugar hay que llegar, yendo desde Mar del Plata, por la ruta 226 y doblar a la derecha en la última rotonda antes de tomar la ruta hacia Azul y desde allí son aproximadamente 15 cuadras. “Con el crecimiento que ha tenido Tandil, este casco que estaba en pleno campo, ya quedó dentro de la conurbanización que tiene el crecimiento de la ciudad. Es una zona que está creciendo muchísimo, son los nuevos barrios de Tandil, ubicados al norte de la ruta, un sector que había quedado medio olvidado y que hoy está muy poblado, por lo que el casco ha quedado rodeado de urbanización.”

 José y Sara, que se casaron en secreto, recibieron el regalo paterno y planearon construir esa fastuosa construcción como residencia veraniega, donde prácticamente no vivieron nunca, ya que pasaban más tiempo en Europa que en nuestro país. La mansión era impactante para la época. De tres niveles y decenas de habitaciones, supo poseer materiales y avances lujosos para aquellos tiempos, como calefacción central, ascensor, usina propia, teléfono, alarma con sirena y pararrayos. El nombre elegido para la residencia era casi una definición del estilo de vida del matrimonio: “Sans Souci” (sin problemas, en francés). 

“Uno no tiene noción del nivel de ostentación que manejaban. Los Santamarina eran los mayores terratenientes del país, no solamente de la provincia de Buenos Aires. Todos los materiales que nosotros estamos relevando en el edificio son en su mayoría traídos de Europa: cerámicas decoradas de Sevilla, las tejas son de Marsella, la madera es toda madera importada, caobas, pinotea, lamentablemente hay mucho dañado por la lluvia, por el techo que falta, los baños tenían revestimiento de mármol de Carrara, o sea, esta era una casa que podía estar en las afueras de París tranquilamente. Para 1910 era una casa de ultratecnología pero además construida con toda la mejor mercadería que se podía traer en tren hasta el lugar.”

Al morir Santamarina, comenzaría una sucesión de hechos que llevó al castillo desde el esplendor a convertirse en ruinas. Cuenta Mastropascua: “ Sara Wilkinson se volvió a casar con otra persona después de la muerte de José, y a partir de la crisis de los 30 con la decadencia económica, deciden venderla y como no tienen comprador o ninguna oferta en plena crisis, esto va a llegar hasta el periodo del peronismo que va a tomar la propiedad y la va a transformar en la Escuela Superior Agraria Femenina de Tandil, una escuela de super avanzada, especialmente ligada a las maestras agrarias y que va a funcionar justamente del 49 al 55 hasta el golpe de estado. Después va a tener un funcionamiento en los años 60 con el Instituto Superior de Enseñanza Rural, todavía con la casa en pie. En realidad la casa si bien tuvo algunas intervenciones no tan felices, no tuvo el mantenimiento que debería haber tenido. En el 76 lo toma la dictadura que cierra el instituto y echa a todos los alumnos y profesores y se la da a la policía. Ahí empieza la debacle, hay testimonios que en los sótanos pudo haber funcionado un centro de detención clandestino.”

Con la vuelta de la democracia en 1983, Sans Souci pasó a manos del Ministerio de Educación. En aquel momento, el predio se encontraba sumamente deteriorado luego de años de abandono, falta de mantenimiento, saqueo de piezas y mobiliario. Aun así, en abril de 2001 se inauguró allí el Instituto Superior de Formación Técnica Nº 75.              

“Hoy el edificio presenta un deterioro muy importante, sufrió algún incendio, le faltan pedazos de su techo, ha sido vandalizado, intrusado, han sido robado muchos materiales, pero es una construcción tan noble que todavía es salvable, por supuesto con un presupuesto interesante que hay que poner para todo el salvataje.”

Un interesante proyecto del gobierno provincial intenta su recuperación. Pablo Mastropascua es uno de sus principales protagonistas. “La Dirección del Patrimonio de la Provincia, a través del arquitecto Pedro Delheye me contacta porque sabe que yo trabajo en el Colegio de Arquitectos local, para ver si estaba interesado en formar un equipo de relevamiento del Sans Souci. Como Tandil depende de otro distrito del Colegio de Arquitectos, lo hago con el distrito 8 de esa localidad y con también con el Colegio de Ingenieros. Convocamos a colegas e ingenieros para que se presenten con su curriculum e hicimos una selección de 7 arquitectos y 2 ingenieros que somos los que estamos trabajando en la medición uno en uno, o sea el tamaño real, del edificio porque no había planimetría, se ha perdido todos los planos, o sea, cualquiera que lo quiera poner en valor necesita esa documentación para empezar a presupuestar y  poder hacer un proceso de licitación. Por lo tanto lo que nos encargó la provincia, a partir de un crédito del Consejo Federal de Inversiones, que es el que nos paga, es hacer este relevamiento y también hacer el relevamiento histórico para lo cual en el equipo hay un historiador de Tandil que es Eduardo Ferrer y una gestora cultural que es Nayla Llantada. Ellos van a trabajar en la investigación histórica, o sea la idea es que también se haga un libro de la historia de Sans Souci junto con la investigación arquitectónico estructural para poder ponerlo en valor.”

Como los terrenos son provinciales, se presentó un proyecto para un desarrollo urbanístico a traves del PROCREAR. La construcción de viviendas en el predio del palacio Sans Souci tiene el potencial de llegar a las 850 casas. Con un presupuesto de $2.694 millones, el Ministerio de Hábitat y Desarrollo Urbano bonaerense hizo el llamado a licitación para hacer 156 viviendas en la primera etapa junto con sus veredas, rampas, forestación y equipamiento urbano. El proyecto contempla un jardín, una escuela secundaria, un playón deportivo y un Centro de Atención Primaria de la Salud. En total, tiene una superficie equivalente a casi 60 manzanas y el desarrollo de viviendas se hará en unas 16. La intención es que en el marco de este proyecto, la enorme mansión vuelva a la vida.

“La puesta en valor del castillo para incorporarlo al complejo como parte de un equipamiento educativo cultural todavía no está definido en su función porque en realidad primero tenemos que sacar las mediciones y el estado real del edificio para saber si es factible recuperarlo en su totalidad. Ya en el predio, en los galpones de esquila y los galpones de maquinarias funciona un instituto terciario de Tandil, así que también podría estar afectado al nivel educativo o el nivel cultural de la provincia de Buenos Aires.”

Como el Ave Fénix, el viejo castillo seguramente resurgirá de sus cenizas para volver a brillar entre la llanura y las sierras.

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