Nos admiro por el sencillo acto de ser

Por la cantidad de veces que seguimos caminando aun cuando el cuerpo no puede.

Aun cuando la sociedad nos frena con sus imposiciones de género.

Cuando nos inventamos historias de mariposas para transformar en más hermoso lo perverso.

Por la capacidad de hacer de la experiencia un inmenso mar de resiliencia.

Nos admiro por la magia en la cocina. Por hacer tanto con tan poco para que alcance para todos.

Cuando ponemos corazón en la escucha porque sabemos que otro necesita ese silencio.

Cuando maternamos sin ningún tipo de manual que nos explique cómo, o de qué manera, o con qué teoría.

Cuando levantamos los escombros de las ruinas de la historia para hacer una casa y nunca un muro.

Nunca pared que divida. Nunca cuarto de encierro.

Nos admiro por tener el coraje suficiente para hacer oír nuestras voces aunque intenten silenciarlas con argumentos que atrasan, que postergan, que coartan libertades.

Nos admiro y nos abrazo también.

En este tiempo presente en el que aún quedan desigualdades pendientes mientras se van sumando las de moda.

En este tiempo en el que hay que estar atentas para que nadie se atreva a quitarnos lo que nunca debió faltarnos.

Atentas para que ninguna mujer tenga que justificarse por serlo.

Atentas para que nadie se haga el distraído cuando nos vean pasar con el mentón erguido hacia adelante.

Luz